Los comienzos fueron difíciles económicamente. Además la producción diaria no se fabricaba con la rapidez suficiente a causa de las deficiencias que tenían las maquinas debido a su antigüedad y uso de muchos años.
La ilusión y las ganas de trabajar fueron los principales motores para que la Empresa creciera en infraestructuras, maquinaria y vehículos de transporte. Año tras año las inversiones fueron destinadas a conseguir los mejores peroles, envasadoras, peladora, cortadora, … todo con un único objetivo: fabricar las mejores patatas fritas “EL PEROL” con el sabor, aroma y crujir parecido al de las patatas que freían en las churrerias cuando éramos niños.
Todo este proceso no se hubiera podido llevar a cabo sin una excelente plantilla de trabajadores, un grupo de gente joven muy trabajadora en la que el compañerismo y la amistad han formado esta gran familia en la que ellos mismos se denominan “Los Patateros”.